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miércoles, 18 de agosto de 2010
Carta de amonestación a los señores Autos
En todos mis años de vida, no ha habido momento en que ustedes no me pasen a llevar. Esto es el colmo y no aguanto más. Estoy cansada de que siempre anden por ahí haciendo de las suyas y echándonos a un lado.
Ven una calle sola y allá se tiran en medio de la pista, ¿no pueden alguna vez seguir las normas? No creo que de verdad no nos vean, pero se hacen los locos y no nos dejan espacio.
Hace unos días iba yo muy apurada al taller. Iba por la “Av. Grecia” hacia el oeste y de pronto desde “Juan Moya” sale un Chevrolet Corsa a toda prisa, obligándome a parar. No vio ningún otro auto, entonces obviamente no se percató de la flaca que iba ahí (o sea yo). De verdad me dolió en lo más profundo de mis frenos…
Considero que sus injusticias deben detenerse a toda costa, después de todo las calles y avenidas también nos pertenecen. No tendré 300 caballos de fuerza, pero de que sirvo, sirvo y hasta económicamente rindo mucho más que todos los de “4 ruedas”.
Mi petición es la siguiente: que se respeten los signos “pare”, que podamos usar libremente las calzadas, que nuestros derechos se den a conocer a nivel masivo. Que los autos no se detengan 2 metros después del paso de cebra, sino antes de que este comience.
Si esto ustedes no lo analizan, tendré que recurrir al presidente de Chile, don “Juanito Mena” y así aún así, no logramos nada, iré con organizaciones internacionales como la “Oxford”. Atentamente, la bicicleta.
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